De acuerdo a un estudio publicado por Fundación Sol, la Agenda Laboral que se discute en el Congreso no cambia los pilares del cuerpo legal creado por el ex ministro de Trabajo de la dictadura. Desde el Senado surgen voces que señalan que "no es una verdadera reforma, pero vamos avanzando”.
En tiempos en que en el Senado se discute el proyecto de Reforma Laboral, la Fundación Sol emitió un estudio titulado “Para una Historia del Tiempo Presente: lo que cambió el Plan Laboral de la dictadura”, en el cual su autora, la antropóloga Karina Narbona, expone las principales características de las leyes laborales previas al Plan Laboral de 1979, así como los pilares que sustentan el modelo laboral de la Dictadura.
El estudio detalla que estos fundamentos son: negociación sólo a nivel de empresa prohibida por rama; huelga que no paraliza, gracias al reemplazo en huelga; pluralismo a ultranza, permitiendo sindicatos que compiten entre sí y despolitización sindical. “Esto es algo que no ha salido a la luz pública, y no se ha tomado con el peso que debiese tomarse”, señala la antropóloga de la Universidad de Chile
“Si uno revisa estos cuatro pilares, y después uno hace un análisis respecto de la Reforma, efectivamente se puede ver que aquel pilar que era el más importante de todos, que es la negociación circunscrita al espacio de la empresa, solamente, esto se quedó completamente afuera, fue desestimado, incluso en el proyecto original del Gobierno”.
Lo mismo sucede, sostiene Karina Narbona, con la huelga que no paraliza, ya que si bien se están tratando de realizar avances en prohibir el reemplazo en huelga, “todavía quedan dudas porque el propio Gobierno está estableciendo esta discusión respecto del reemplazo con trabajadores internos de la empresa”, además de los pactos de adaptabilidad y servicios mínimos, los que podrían abrir espacio a la perforación de la huelga.
La integrante de Fundación Sol acotó que las indicaciones de la llamada bancada transversal pro-Pyme del Senado, y que presentó una serie de indicaciones entre las que destaca el aumento de ocho a 25 del quórum mínimo de trabajadores para constituir un sindicato y la posibilidad de que en estas empresas puedan continuar grupos negociadores distintos de los sindicatos, lo que a juicio de la antropóloga, consagra la “desconfianza y demonización” de los sindicatos en nuestro país, considerando que el senador DC Ignacio Walker presentó estas enmiendas como un “alivio” para las pymes.
Eugenio Tuma del PPD, integrante del grupo de senadores que presentó estas indicaciones, defendió su “espíritu” asegurando que se debe velar por la “diversidad” de empresas que existe en nuestro país, y que si bien él está por el fortalecimiento de los sindicatos, es enfático al señalar que las realidades entre una gran empresa y una pequeña y mediana son diametralmente opuesta, por lo que “la legislación tiene que dar cuenta de esas diferencias”.
En este sentido, el senador del PPD sostuvo que no ha sido posible allanar el diálogo al interior de la Nueva Mayoría, ya que el resto de los parlamentarios que no conforman la Bancada pro-Pyme, como es el caso de la mayoría de los senadores socialistas, se han plegado a la postura de la CUT y los trabajadores para no restar derechos que están estipulados en el proyecto original.
“A mí me invitaron a esa reunión, yo estuve con la bancada socialista y estuve con la CUT, y la verdad es que no hay mucha disposición al diálogo, yo no me enamoro de mis indicaciones y tengo bastante flexibilidad, pero yo no milito ni en la CUT, ni tampoco en la Sofofa. Yo lo que hago es militar en las regiones, militar respecto de un país que sea más justo y que pueda permitir la generación de empleo”.
La senadora de Amplitud, Lily Pérez, coincidió con la postura de la bancada pro-Pyme al señalar que “esta reforma laboral no es una reforma laboral, es para fortalecer los sindicatos, que me parece muy bien para las grandes empresas, pero es nefasto para las pymes”, por lo que espera que los senadores de la Nueva Mayoría que pertenecen a esta bancada, voten en conciencia.
Por su parte, el senador del PS, Rabindranath Quinteros aclaró que si bien pertenece a la Bancada pro-Pyme, no firmó las indicaciones ingresadas al proyecto, ya que está en desacuerdo con ellas, y señaló que le “llama la atención cómo el empresariado se ha opuesto a esta Reforma Laboral” e hizo un paralelo con lo sucedido con la Reforma Tributaria, sobre la cual también se tendieron proyecciones negativas para las pequeñas y medianas empresas.
Quinteros coincidió con el análisis hecho por la Fundación Sol en el sentido que el actual proyecto que se discute en el Senado, no modifica de manera sustancial el Plan Laboral de la Dictadura –si bien lo considera un avance-, y por lo mismo no comprende la férrea oposición del gran empresariado.
“Aquí ha habido una oposición del empresariado muy fuerte defendiendo nada más que los intereses mezquinos de ellos (…) nosotros lo que opinamos como bancada socialista es que se están quejando cuando no es una verdadera reforma, pero por lo menos vamos avanzando”.
Otro de los flancos que se abrió esta semana en la discusión de la Agenda Laboral tiene relación con la indicación presentada por el Ejecutivo que precisa que no constituye práctica antisindical los mejoramientos a nivel individual puedan realizarse a un trabajador, en base a criterios como capacidad, calificación o productividad.
Sin embargo, trascendió que el Gobierno realizará una corrección a esta indicación, frente al reclamo de algunos senadores oficialistas quienes ven en esta enmienda la posibilidad de que se socave la titularidad sindical en la negociación, y el empleador pueda extender beneficios de manera unilateral.
Finalmente, Karina Narbona hizo énfasis en la necesidad de que en nuestro país se deje atrás la visión sobre los sindicatos como organizaciones que sólo velan por el interés de sus dirigentes, y no como en otros países en los que se les considera como vectores de mejoras en el bienestar de los trabajadores y de la efectiva redistribución de la riqueza.
“Aquí en Chile es al revés, lo que se ve es que se habla de los sindicatos como grupos de interés mezquinos, que no velan por el bien de los trabajadores, en general. Y recordemos, que allí donde hay negociaciones fuertes, allí donde hay sindicatos que están en una posición más sólida respecto a la economía o que ubican posiciones estratégicas, muchas veces esas negociaciones terminan generando un efecto faro, iluminan lo que ocurre con respecto a los salarios en todo el mercado laboral”
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